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14/09/2017 • CIUDAD
El nieto de Eduardo Arvigo, escultor del Monumento al Coronel Suárez, visitó por primera vez nuestra ciudad.
El pasado fin de semana visitó nuestra ciudad Daniel De Vittorio Arvigo, acompañado de su esposa María Silvia Machicote, nieto del recordado artista Eduardo Arvigo, quien ostenta ser el escultor de la emblemática obra del Coronel Isidoro Suárez y que se encuentra emplazada en la Plaza San Martín.
En dicha oportunidad fue recibido oficialmente por el Director de Cultura y Educación, Licenciado Alberto Guede, quien le manifestó el agradecimiento y el honor del pueblo de Coronel Suárez de preservar una obra de esta magnitud, tan cara el sentimiento de los suarenses.
Por su parte el nieto de Eduardo Arvigo agradeció el recibimiento evidenciando gran emoción al conocer el monumento que por primera vez podía apreciar, permitiendo con ello reencontrarse con parte de su historia familiar.
“Haciendo un poco de historia, a comienzos del siglo XX, siendo don Sixto Rodríguez Intendente de Coronel Suárez, inauguró un monumento al héroe de la Batalla de Junín y artífice, entre otros, de la caída del último bastión Realista de la América del Sur”.
La decisión fue tomada cuando el Poder Ejecutivo se encontraba en manos de Guillermo Burckhart, en 1902.
La Plaza San Martín estuvo habitada durante cierto tiempo. Existía un modesto rancho ocupado por el alguacil. Luego demolido y en este lugar se levantó un molino para riego, hasta que en 1903 comenzó a emplazarse el monumento de nuestro héroe epónimo.
El Intendente Sixto Rodríguez encargó la realización del busto en bronce al escultor Eduardo Arvigo y la base granítica al presidio de Sierra Chica.
La realización de este monumento tomó estado público a través de la publicación “Caras y Caretas”, ya que se publicó una foto del escultor trabajando en su obra, el Nº 127 del mes de abril de 1907. Allí se expresó que se había confiado la obra a un escultor residente en el pueblo, Eduardo Arvigo, quien dirigiría los trabajos.
La fundición se realizó con la autorización del entonces Ministro de Guerra, General Pablo Richieri, en los talleres del arsenal de guerra.
El acto inaugural del monumento fue el 6 de agosto de 1904. El Intendente entregó el mismo al gobierno de la Provincia y al Pueblo, contando con la presencia del recientemente recreado Regimiento de Granaderos a Caballo creados por el General Don José de San Martín.
Por su parte el nieto de Eduardo Arvigo agradeció el recibimiento evidenciando gran emoción al conocer el monumento que por primera vez podía apreciar, permitiendo con ello reencontrarse con parte de su historia familiar.
“Haciendo un poco de historia, a comienzos del siglo XX, siendo don Sixto Rodríguez Intendente de Coronel Suárez, inauguró un monumento al héroe de la Batalla de Junín y artífice, entre otros, de la caída del último bastión Realista de la América del Sur”.
La decisión fue tomada cuando el Poder Ejecutivo se encontraba en manos de Guillermo Burckhart, en 1902.
La Plaza San Martín estuvo habitada durante cierto tiempo. Existía un modesto rancho ocupado por el alguacil. Luego demolido y en este lugar se levantó un molino para riego, hasta que en 1903 comenzó a emplazarse el monumento de nuestro héroe epónimo.
El Intendente Sixto Rodríguez encargó la realización del busto en bronce al escultor Eduardo Arvigo y la base granítica al presidio de Sierra Chica.
La realización de este monumento tomó estado público a través de la publicación “Caras y Caretas”, ya que se publicó una foto del escultor trabajando en su obra, el Nº 127 del mes de abril de 1907. Allí se expresó que se había confiado la obra a un escultor residente en el pueblo, Eduardo Arvigo, quien dirigiría los trabajos.
La fundición se realizó con la autorización del entonces Ministro de Guerra, General Pablo Richieri, en los talleres del arsenal de guerra.
El acto inaugural del monumento fue el 6 de agosto de 1904. El Intendente entregó el mismo al gobierno de la Provincia y al Pueblo, contando con la presencia del recientemente recreado Regimiento de Granaderos a Caballo creados por el General Don José de San Martín.
