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24/05/2018 • CIUDAD
El Museo Polifacético de Coronel Suárez ya cuenta con más de 400 piezas.
Hace poco más de un año que se fundó, en la esquina de Moreno y Harriot, el Museo Polifacético. Está abierto de lunes a viernes de 8:30 a 12 hs. y la entrada es gratuita. Se exponen piezas de lugares históricos de la ciudad, como los son el boliche El Triunfo o el Hotel Roma, donde se alojó Gardel.
Además, hay piezas provenientes de los Pueblos Alemanes, de las localidades cercanas, de otras provincias y hasta de otros países.
Rubén Kopelson, fundador del Museo y propulsor de la Biblioteca Parlante que funciona contigua al mismo, expresó que tener un museo es un modo de cuidar la historia, en este caso la de Coronel Suárez, y agregó que “tenemos piezas provenientes de los pueblos originarios de Choele Choel, de Junín de los Andes y del norte, piezas de los Diaguitas, por ejemplo. También hay cenefas y las primeras cruces del cementerio de los Pueblos Alemanes, piezas del ferrocarril, juguetes Duravit, las primeras computadoras del año 50 y hasta piezas traídas de Rusia, Austria y Alemania”.
Los artículos tienen cada uno un cartel con información y quienes deseen asistir al Museo los sábados o domingos deben comunicarse antes con Kopelson, quien sostuvo que fue criticado por otros coleccionistas por la limpieza de las piezas y que el lugar va quedando chico pese a que fue agrandado.
En el Museo pueden encontrase, además, máquinas de coser, radios, calentadores, piedras, máquinas de sacar fotos, máquinas de escribir, sillón de peluquero, lanzallamas para quemar langostas de 100 años, casetes, vinilos, prensas, guillotinas, fósiles de gliptodonte, entre otras piezas.
Rubén Kopelson, fundador del Museo y propulsor de la Biblioteca Parlante que funciona contigua al mismo, expresó que tener un museo es un modo de cuidar la historia, en este caso la de Coronel Suárez, y agregó que “tenemos piezas provenientes de los pueblos originarios de Choele Choel, de Junín de los Andes y del norte, piezas de los Diaguitas, por ejemplo. También hay cenefas y las primeras cruces del cementerio de los Pueblos Alemanes, piezas del ferrocarril, juguetes Duravit, las primeras computadoras del año 50 y hasta piezas traídas de Rusia, Austria y Alemania”.
Los artículos tienen cada uno un cartel con información y quienes deseen asistir al Museo los sábados o domingos deben comunicarse antes con Kopelson, quien sostuvo que fue criticado por otros coleccionistas por la limpieza de las piezas y que el lugar va quedando chico pese a que fue agrandado.
En el Museo pueden encontrase, además, máquinas de coser, radios, calentadores, piedras, máquinas de sacar fotos, máquinas de escribir, sillón de peluquero, lanzallamas para quemar langostas de 100 años, casetes, vinilos, prensas, guillotinas, fósiles de gliptodonte, entre otras piezas.
