21/09/2017CIUDAD

A 41 años de la Noche de los Lápices.

Una charla en el Instituto de Formación Docente Nº 48 que estaba pendiente. Hablaron dos detenidos-desaparecidos por la Dictadura Militar. Eran ex alumnos del asesinado Profesor de Huanguelén Rodolfo Gini.

En las comunidades chicas, como las nuestras, parece muchas veces que las cosas que han pasado en el país a nosotros no nos han tocado, no nos han sucedido. Será una traición de la memoria o una incomodidad por develar la realidad completa. Ambas cosas, o más de lo segundo quizá.

Lo cierto es que hay un tema del que poco hablamos, entre nosotros, en las aulas de las escuelas y en las aulas de la formación profesional académica: los suarenses y huanguelenenses que fueron asesinados por la Dictadura Militar y los que estuvieron detenidos, desparecidos para su familia, por un tiempo, hasta que los localizaron en algún lugar de detención o los liberaron. Esas son cosas de las que por estas tierras no se habla.

El miércoles, en el Instituto de Formación Docente N° 48, bajo la propuesta de la Lic. Alessandra Santarosa y con el apoyo de esa casa de estudios y del gremio SUTEBA, hubo una charla que se adeudaba hace ¡cuarenta años!
Participaron Julio Lede y César González, ambos de la localidad de Huanguelén, ex alumnos del Profesor Rodolfo Gini.

Era un querido y respetado Profesor de la única escuela secundaria de la localidad de Huanguelén, el ahora denominado Instituto Almirante Brown, entonces identificado como Colegio Nacional.

Faltaban pocos días para que se concretara la ansiada despedida a los que egresaban ese año, con su tradicional baile. Era el año 1974. En los días previos, al 2 de diciembre, habían corrido muchos rumores, aún en la época en las que no había redes sociales los rumores repiqueteaban por las calles y las casas del pueblo, porque así se querría instalar desde un Estado que empezaba a manejar el terror, de la colocación de bombas en el colegio secundario.

Era domingo por la noche, ya madrugada del lunes, cuando en pleno centro de Huanguelén un grupo que dejó la identificación de las tres AAA en los espejos del hogar familiar que Rodolfo Gini compartía con su esposa y sus cuatro hijos ingresó a su casa y se lo llevó. Su esposa quedó maniatada en el baño de la casa. Lo acribillaron a balazos, a la salida de Huanguelén, cercano a donde está instalada la Escuela Primaria Nº 25. En el bolsillo de su pantalón, recordó el miércoles uno de sus alumnos, estaba el discurso de despedida que había preparado para sus alumnos.

A su velatorio no entraron muchas personas. Acompañaron a la familia sus alumnos, que firmes, sin miedo, permanecieron al lado del cajón y lo acompañaron hasta el cementerio de la localidad. Una placa colocó su familia en donde por muchos años estuvo su tumba. Decía: “Seguiremos tu lema, sin justicia no hay libertad”. Hoy sus restos están en la ciudad de La Plata, donde su esposa tuvo que terminar yéndose, ya que tras la muerte de su esposo fue perseguida, estuvo un tiempo detenida y fue declarada prescindente en su trabajo.

Al año siguiente, cuando se cumplía un año de la muerte del Profesor Rodolfo Gini, sus ex alumnos quisieron hacer pública una carta. La firmaron muchos de ellos. Fueron Julio Lede y César González quienes llegaron hasta El Imparcial de Coronel Suárez pidiendo esa publicación. Les dijeron que era imposible publicarla como carta, que debía salir en forma de solicitada, lo que tenía un costo. Que era mucho, verdaderamente. Por eso decidieron achicar el tamaño de la solicitada, sacando los nombres de todos los que habían firmado y dejando solamente las de ellos dos. A los pocos meses ambos sufrían detenciones clandestinas.

En el caso de César González por alrededor de un mes. Julio Lede por espacio de algo más de dos años, sufriendo interminables torturas en ese proceso.

Recién hace unos pocos años, una vez que tuvo el juicio en Bahía Blanca, donde se concretó la condena a responsables de su detención, cuando sintió que el Estado lo escuchó, Julio Lede pudo hablar sobre esto que había sufrido en charlas públicas.

El miércoles fue una ocasión, ambos, Cesar y Julio, recordaron a Rodolfo Gini, hablaron de lo que vivieron, sintieron y sienten. Solicitaron que no se descuiden los Derechos Humanos y que entre todos controlemos que la democracia no se diluya en discursos engañosos.

Dijeron que si lo que pretendían al matar a Rodolfo Gini era matar sus ideas, hoy reconocen que Rodolfo Gini está más vivo que nunca. En sus alumnos, en sus ideas que siguen estando bien fuertes. De justicia social y de igualdad de oportunidades.